Pensaba que tenia de aliado al olvido hasta que la vi allí en el paseo con el pulso firme y decidido trazando rasgos y gestos infantiles con su lápiz de carbón.
Morena largo cabello, cálida sonrisa y ojos llenos de alegría.
Una mirada ardiente que quema la piel,labios con secretos que paga besos al contado los sentimientos de un amor.
La miré y todo mi ser tembló porque maldito es el olvido que malvive de pensión en mí corazón, he aprendido a vivir con lo básico, estoy comenzando a vivir y como dice para mí el gran Sabina «El alquitrán del camino embriaga mas que el suave vino del hogar.» pero al verla no pude sentirme mas embriagado y no por el camino, si no por unos sentimientos, por unos recuerdos,por un amor que ya murió.
Si me mirara en el espejo seguro que al otro lado estaría llorando.
La vida, como el camino que haces con la bicicleta, tiene sus etapas, etapas de las que guardas lo bueno… y olvidas la parte difícil y dolorosa. El olvido es un gran aliado para superar las partes difíciles del camino.
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Tienes razón,el verme golpeado de esa manera por algunos recuerdos me dejó descolocado pero sigo en la bicicleta con los pies en los pedales.
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precioso relato…. preciosos pensamientos.
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